Creatividad humana y producciones de la resistencia: BDSM

(Fragmento)

 

AUTOR:  Leonardo Alfonso Arce Vidal

Veamos de qué forma es como usualmente se resuelve el discurso de lo dicho frente a los otros dos, sobre todo cuando dicho discurso se refiere a las prácticas BDSM. Señalé más arriba ocho ejemplos de discursos, dentro de los cuales se podía constatar esta tricotomía y ejemplifiqué algunos casos. Mi intención ahora es ejemplificar los 8 discursos y sus posibles respuestas ante el BDSM, según he ido constatando en lecturas, conversaciones y reflexiones; procederé esquemáticamente:

a. Discurso de género: Siendo el discurso de género tradicional aquel que se afirma en el binarismo hombre/mujer, la respuesta frente al BDSM suele ser muy negativa. Jay Wiseman discute permanentemente, usualmente de forma irónica, con las agrupaciones feministas que ven en la relación de Dominación y sumisión, en especial cuando la mujer adopta el rol sumiso, una forma de continuidad respecto de la opresión social común: “Se dice que la posición oficial del movimiento feminista es que el SM es intrínsecamente incompatible con los intereses de la mujer. Dado que muchas de las mujeres que pertenecen a la comunidad se declaran feministas, este debe ser el siguiente ámbito que tenemos que concienciar”16 .

b. Discurso médico: El discurso médico aun continua haciéndose las mismas preguntas de siempre, buscando las causas del gusto sádico, del gusto masoquista, etc. c. Discurso mediático: Los medios masivos se muestran usualmente hostiles a presentar o reportear el mundo del BDSM. Cuando lo hacen, tienden a explotar el morbo y el sensacionalismo, presentando de alguna forma a estos “bichos raros” por un afán más de lucrar con lo “raro” que de difundir la existencia de la heterogeneidad social.

d. Discurso jurídico: Tal y como decía Wiseman17 previo a referirse a las feministas, acaece usualmente que no hay una tipificación penal para las prácticas del BDSM. Por otra parte, la cuestión del consenso, muy importante en BDSM, tiende a vulnerarse y a pasársele por encima al momento de presentar cargos contra un dominante. Según relata el autor, los fallos en contra de prácticas del BDSM aducían que no era posible consentir el ser maltratado, que tal defensa por parte del sumiso no era sino signo de problemas mentales

e. Discurso biológico: La biología sobre el SM de forma directa no dice nada. Es más bien una sub-rama de esta, la etología, que estudia el comportamiento de los animales, la que toma la palestra para realizar extrapolaciones desde el ámbito biológico a lo social o a lo social-biológico. Desde allí se presume que dicho comportamiento sexual no conlleva reproducción alguna, por lo que su práctica es inconducente. Quizás una rama más flexible de la etología podría darle algún significado al placer que la práctica del BDSM conlleva, sin embargo, respecto de este punto, adolezco de una falta de información. f. Discurso religioso: Usualmente aliado del discurso psicológico, sin embargo, tiene una vertiente particular y es la de la procreación. En la medida en que el BDSM es un acto de placer erótico el discurso religioso lo califica de hedonista y carente de fines reproductivos, por lo que lo ve con desdén para luego tomarse de la mano junto a la psicología y tildarlo de enfermizo. g. Discurso social: El discurso social contrario al BDSM y a las sexualidades múltiples lo presenta Foucault, cuando dice que: “So pretexto de decir la verdad, por todas partes encendía miedos; a las menores oscilaciones de la sexualidad prestaba una dinastía imaginario de males destinados a repercutir en generaciones enteras; afirmó como peligrosos para la sociedad entera los hábitos furtivos de los tímidos y las pequeñas manías más solitarias, como fin de los placeres insólitos puso nada menos que la muerte: la de los individuos, la de las generaciones, la de la especie”18 .

h. Discurso psicológico: La ofensiva de este discurso es uno de los más interesantes, puesto que su reversión en el texto de “Como hacerse un cuerpo sin órganos” de Deleuze es impactante y elemento fundamental de lo que se llamara práctica de resistencia. Este discurso principalmente se refiere a la madurez sexual, alcanzable luego de pasar por tres etapas, cuales son la oral, la anal y la genital, asentándose finalmente el individuo en esta ultima. El BDSM transgrede dicha genitalidad, desarmando incluso la totalidad de dichos tres pasos, instituyendo una forma muchísimo más abarcadora del cuerpo en general para la experiencia del placer. Ahora bien, ¿Cuál es la importancia de conocer o tener alguna idea de cómo el discurso tradicional enfrenta el BDSM? La respuesta es que producto de conocer de qué forma nos censuran es que podemos resistir con efectividad dichos embates, diseñando una estrategia que socave los cimientos desde los cuales el discurso de lo dicho asienta sus bases inamovibles. La generación de un contra-discurso es el paso subsiguiente, y aquí es cuando ha llegado el momento de invocar a dos filósofos que me serán de muchísima ayuda (de hecho, ya lo han sido desde el inicio del texto). El interés que ambos presentaron en el BDSM fue bastante extenso y profundo. De ideas precisas y alta efectividad, ambos experimentaron con el BDSM. Michel Foucault lo hizo a través de su carne a la par que con su reflexión e intuición. Gilles Deleuze a través de la filosofía como escritura experimental y a través de la literatura. Es imposible entrar de lleno al mundo BDSM sin entregar como preámbulo la significancia que tienen dichas prácticas para ambos filósofos.

FUENTE: http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/113760/Arce%20Leonardo.pdf?sequence=1